Désde que tengo memória me gustan las mujeres, me sedúcen, me inspíran, más que mirarlas las admiro, alguien alguna vez las catalogó como "el sexo débil" pero en mi experiencia no son para nada débiles por el contrario son más fuertes, nóbles e integras en cada uno de los roles que los toca afrontar, tienen un plus de resistencia mayor al nuestro pero, ¿qué nos atrae de ellas para querer conquistarlas permanentemente?.
En nuestro espíritu de conquistadores machos cabríos, y cual pavos reales desplegando nuestras coloridas plúmas que, ante su mirada terminamos siendo unos reales pavos, la que conquista es la mujer, y nos deja creer que fue al reves, así nosotros felíces del logro obtenido con sacrificio y esfuerzo, si bien no son distintas a nosotros tienen un sexto sentido llamado "astucia" que les permite estar alerta y es lo que dificulta la conquista y la hace más intersante, no es sólo la belleza física o su intelecto lo que nos atrae, es su insondable misterio lo que nos mueve, saber que piensan, que y como sienten, descubrir su maravillosa complejidad desde nuestra básica existencia varonil; Y digo básica porque al principio nos dejámos llevar por el instinto fantaseando posíbles escenarios obviamente uno de ellos tiene que ver con lo sexual que, en muchos casos lo disfrazamos prima facie para no ser tan obvios y evitar el rechazo, cosa que sucede a menudo.
La conquista del territorio femenino no es sencilla, entran a jugar muchos factores, el atractivo físico para muchos es el más importante, para otros el intelectual es primordial si ambos se conjugan sería el combo perfecto, pero no todos somos estéticamente "bellos" ni agraciadamente "intelectuales" la conquista en definitiva es una partida de ajedrez donde el peón va por la reina y si a la reina le gusta el peón, más allá de la belleza física o el intelecto, es la que dará jaque mate.
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